Los nuevos precios de venta en los mercados
agropecuarios estatales y para los carretilleros, publicados por este Semanario
en su edición del 5 de febrero, corresponden a cómo se le venderá a los consumidores.
Estos constituyen temas que están en boga entre la población. Si muchos
definían conclusiones en un principio acertadas, otros, con un poco de
incertidumbre, esperaban el cambio, que lejos de ser solamente una medida de
control, pretende acercar alimentos a la población, de la manera más eficaz y
económica posible.
Pero, en vez de tener variedad de productos y naves llenas en los mercados, se observan tarimas vacías o escasos productos sin la calidad ni la diversidad esperadas, reflejo que sin dudas provoca insatisfacciones en el pueblo.
Pero ya es necesario notar en los mercados el
respaldo concreto a estas medidas. Los establecimientos estatales tienen que
tener productos y todos los factores implicados, velar y responder por ello.
¿Dónde están los productos agropecuarios hoy?
Los campesinos están trabajando y quieren contratar el total de sus
producciones porque ellos saben muy bien que son para el pueblo.
Lo que sí no puede pasar es que se queden los
alimentos en el campo por falta de transporte o burocratismo. Las tarimas no
deben permanecer vacías o con pocas ofertas. La población necesita viandas,
hortalizas, frutas y condimentos frescos para satisfacerla la unidad y la
planificación son factores claves. Hagamos que estas ideas no sean una utopía,
sino una realidad palpable.
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