A Rolando Pompa Couso esperar dos
bebés lo hacía extraordinariamente feliz. Desde el principio la presencia de
Luis Ángel y Luis Carlos superó las expectativas, le dio indescriptible
alegría, y cuando hizo falta, fuerza.
"El día que la mamá falleció
fue el más difícil. Era muy duro después de perder a mi esposa prescindir de
ellos también. Podía dárselos a los abuelos que tenían buena posición
económica, pero estaban ahí y eran la vida mía. Yo miré aquellas goticas de
agua, como les digo, y pensé: esa es mi responsabilidad y tengo que
enfrentarla. Decidí que mis hijos no se iban a separar de mí.