lunes, 29 de junio de 2015

Una historia de "tres mosqueteros"

A Rolando Pompa Couso esperar dos bebés lo hacía extraordinariamente feliz. Desde el principio la presencia de Luis Ángel y Luis Carlos superó las expectativas, le dio indescriptible alegría, y cuando hizo falta, fuerza.
"El día que la mamá falleció fue el más difícil. Era muy duro después de perder a mi esposa prescindir de ellos también. Podía dárselos a los abuelos que tenían buena posición económica, pero estaban ahí y eran la vida mía. Yo miré aquellas goticas de agua, como les digo, y pensé: esa es mi responsabilidad y tengo que enfrentarla. Decidí que mis hijos no se iban a separar de mí.

"Pasé miles de dificultades, llegaba del trabajo tarde, los recogía a ellos y a esa hora tenía que cocinar, a veces hasta lavar entre semanas. Yo tomé una decisión y quería que se mantuviera esa vida que llevaban con su mamá de limpieza, enseñanzas... Nunca descuidé la educación, siempre me preocupé por estar al tanto de lo que hacían y con quién andaban. Fue difícil porque eran muchas cosas que tenía que tener presentes yo solo."
La ausencia de su otra mitad mostró a Rolando lo complejo del ámbito doméstico, vedado para los hombres por estereotipos sociales. Como otros ha tenido que romper esas barreras que ya no entiende: "A veces dicen que padre es cualquiera, pero el padre al igual que la madre posee un objetivo único que es darle lo mejor a sus hijos, tratar de que esas cosas que tal vez uno no pudo hacer ellos las logren. Aconsejo que se participe en las tareas de la casa junto a las mujeres, porque son muchas tendencias y a ellas debemos cuidarlas."
"Los tres mosqueteros" nunca se separaban y por eso fue especialmente dura para ellos la escuela al campo: "¡Cómo lo extrañé! Recuerdo la primera visita el fin de semana, cuando lo veíamos llegar en el motor, cargado de cosas... A mí se me salieron las lágrimas de verlo pasar ese trabajo por nosotros. Eso me llegó muy profundo.
"En un futuro, cuando tenga hijos, quisiera ser igual que él, no mejor, porque no creo que pueda superarlo. Siempre ha encontrado la solución correcta a cada problema que hemos presentado mi hermano y yo. Siento que todos los padres quieren hasta un límite, porque está el amor de la madre presente y comparten al hijo, pero en nuestro caso él ha dado esos dos amores al mismo tiempo", cuenta Luis Ángel.

Al verlos juntos parece que el amor ha cobrado vida y se ha dividido en tres. No les alcanza el tiempo para quererse, conversar, compartir... Es Día de los Padres y son muchos, muchos, los que merecen el ¡felicidades!, pero 26digital dirige unas especiales a Rolando y a todos esos hombres que por alguna razón han sido, ejemplarmente, papás solteros.

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