A Rolando Pompa Couso esperar dos
bebés lo hacía extraordinariamente feliz. Desde el principio la presencia de
Luis Ángel y Luis Carlos superó las expectativas, le dio indescriptible
alegría, y cuando hizo falta, fuerza.
"El día que la mamá falleció
fue el más difícil. Era muy duro después de perder a mi esposa prescindir de
ellos también. Podía dárselos a los abuelos que tenían buena posición
económica, pero estaban ahí y eran la vida mía. Yo miré aquellas goticas de
agua, como les digo, y pensé: esa es mi responsabilidad y tengo que
enfrentarla. Decidí que mis hijos no se iban a separar de mí.
"Pasé miles de dificultades,
llegaba del trabajo tarde, los recogía a ellos y a esa hora tenía que cocinar,
a veces hasta lavar entre semanas. Yo tomé una decisión y quería que se
mantuviera esa vida que llevaban con su mamá de limpieza, enseñanzas... Nunca
descuidé la educación, siempre me preocupé por estar al tanto de lo que hacían
y con quién andaban. Fue difícil porque eran muchas cosas que tenía que tener
presentes yo solo."
La ausencia de su otra mitad
mostró a Rolando lo complejo del ámbito doméstico, vedado para los hombres por
estereotipos sociales. Como otros ha tenido que romper esas barreras que ya no
entiende: "A veces dicen que padre es cualquiera, pero el padre al igual
que la madre posee un objetivo único que es darle lo mejor a sus hijos, tratar
de que esas cosas que tal vez uno no pudo hacer ellos las logren. Aconsejo que
se participe en las tareas de la casa junto a las mujeres, porque son muchas
tendencias y a ellas debemos cuidarlas."
"Los tres mosqueteros"
nunca se separaban y por eso fue especialmente dura para ellos la escuela al
campo: "¡Cómo lo extrañé! Recuerdo la primera visita el fin de semana,
cuando lo veíamos llegar en el motor, cargado de cosas... A mí se me salieron
las lágrimas de verlo pasar ese trabajo por nosotros. Eso me llegó muy
profundo.
"En un futuro, cuando tenga
hijos, quisiera ser igual que él, no mejor, porque no creo que pueda superarlo.
Siempre ha encontrado la solución correcta a cada problema que hemos presentado
mi hermano y yo. Siento que todos los padres quieren hasta un límite, porque
está el amor de la madre presente y comparten al hijo, pero en nuestro caso él
ha dado esos dos amores al mismo tiempo", cuenta Luis Ángel.
Al verlos juntos parece que el
amor ha cobrado vida y se ha dividido en tres. No les alcanza el tiempo para
quererse, conversar, compartir... Es Día de los Padres y son muchos, muchos,
los que merecen el ¡felicidades!, pero 26digital dirige unas especiales a
Rolando y a todos esos hombres que por alguna razón han sido, ejemplarmente,
papás solteros.
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