"Todavía hay personas que
piensan, lamentablemente, que la ética y los principios de los oficiales
cubanos se pueden corromper". Así inicio su entrevista el Primer
suboficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), Yulier Torres
Rodríguez, cuando contaba aquel hecho que marcó su vida profesional.
"Me encontraba desarrollando
el servicio de vigilancia y patrullaje en la vía pública en el municipio de
Jesús Menéndez, donde hubo que detener un vehículo de carga de pasajeros y allí
se identificó a un ciudadano con 10 litros de ron de procedencia ilícita",
explicó Torres Rodríguez.
"De inmediato, se procede a
su trasladado hacia la estación de la PNR municipal y en dicho local el
individuo se me acerca y me ofrece un monto de dinero para que yo lo ponga en
libertad y le devolviera la mercancía ocupada. Mi respuesta entonces fue
inmediata: no acepto soborno de ningún tipo y además lo denunciaré por cohecho".
Esta persona pensó encontrar
complicidad con este oficial, pero en su lugar halló principios éticos
irrefutables que no permiten corrupción. Lejos de pasar inadvertido provocó su
indignación.
Por su actuar honrado de no
suplantar moral por dinero este miembro del Minint fue reconocido con el
Servicio Distinguido, pero sin dudas su mayor regocijo sería convertir sus
principios en un legado: "yo tengo dos hijos y quiero que en un futuro sigan
el ejemplo de su padre, que procediendo de una familia humilde siempre ha
tenido por encima de todo su dignidad".
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